Oficinas abiertas: ventajas de trabajar en espacios abiertos
4th mayo 2016|Publicado por: Oficinas
Tradicionalmente, las empresas son espacios cerrados y bien delimitados, donde contar o no con un despacho propio era un indicador del éxito del trabajador, éxito que también se medía en los metros cuadrados que tenía el habitáculo en cuestión.
Oficinas abiertas: ¿Sí o no?
El director general trabajando junto a los becarios, espacios de trabajo organizados por sus funciones, y no por departamentos, en los que los ordenadores están juntos, en los que la mesa de trabajo es un amplio espacio común… Y en definitiva un amplio espacio colectivo que hay que compartir.
Parece difícil pensar en trabajar en un espacio abierto así, pero lo cierto es que son muchos que apuntan a que este tipo de organización ofrece muchas ventajas para los trabajadores, y más aun para el rendimiento de la empresa.
Las ventajas que tiene trabajar en espacios abiertos
Mejora de la comunicación
La primera de las ventajas y, quizás, la más interesante, es un aumento de la comunicación entre los empleados. No son necesarios los interfonos y otros sistemas de comunicación privada para dar una información, basta con acercarse hasta la zona en la que el trabajador se encuentre.
Ahorro de espacio
Las paredes suponen un espacio ocupado que no tiene más uso que el de separar, eliminar los muros aumenta el espacio útil, que se puede aprovechar con fines de organización, para aumentar el número de empleados sin necesidad de adquirir un inmueble mayor o, simplemente, para conseguir un efecto óptico de oficina más amplia.
Más posibilidades para organizar y distribuir
Y es que si el ahorro de espacio es una ventaja, las posibilidades de distribución del mobiliario de oficinas abiertas se multiplican ante un espacio diáfano en el que los tabiques no poden límites a la distribución.
Se aumenta la competitividad
El trabajo en un espacio abierto no “esconde” el número de tareas que realiza cada empleado sino que, lo hace visible, de forma que si un trabajador dedica muchas horas a desarrollar las funciones propias de su cargo, ello será motivador para otros trabajadores que intentarán mantener el ritmo de trabajo que este marca.
Aumentan las distracciones
Llamadas de teléfono, conversaciones entre compañeros de trabajo y hasta teclear en el ordenador, el tránsito de los compañeros o pasar hojas de un informe. Para muchos empleados este tipo de pequeñas, o no tan pequeñas, distracciones se convierten en un auténtico problema para mantener el ritmo de trabajo.
Se reduce la concentración
Las distracciones continuas pueden ser un problema, el resultado más frecuente es una reducción de la concentración, y si la concentración desciende cae en picado la productividad de los empleados.
Problemas de organización
Los espacios abiertos permiten un mejor aprovechamiento del espacio en general, de la iluminación, de las áreas… pero también pueden ser una fuente de desorganización y falta de espacios de almacenaje, tan valiosos y tan útiles en algunas empresas.
Descenso de la privacidad
Mejora de la comunicación y aumento de la competitividad son una fórmula interesante para la empresa, pero es en este punto donde se puede reducir la privacidad de los trabajadores.
No es solo que el despacho cerrado ofreciera un espacio privado en el que trabajar, o distraerse, sino que ahora el modus operandi de un trabajador será de conocimiento general de toda la empresa.
Sí, podría aumentar la productividad, pero también podría hacer que el trabajador se sintiera incómodo y desmotivado para mantener su forma de trabajo y que, por lo tanto, se perdiera uno de los recursos más valiosos de la empresa.
Fuente: infocif